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Los Cinco, el turno de batear

Los Cinco, el turno de batear Por Orlando Oramas León


Cuatro cadenas perpetuas más 77 años es el total que suman las condenas a Cinco cubanos cuyo principal delito fue prevenir ataques terroristas de organizaciones anticubanas en Estados Unidos.

Ellos permanecen prisioneros a pesar de que la Corte de Apelaciones del XI circuito de Atlanta revocó las injustas condenas contra ellos y ordenó un nuevo juicio. Aún así, cumplieron siete años tras las rejas.

El 12 de septiembre de 1998 el Buró Federal de Investigaciones (FBI) apresó a Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González, cuya misión era penetrar los grupos terroristas anticubanos de Miami para develar y prevenir sus actos criminales.

Desde el propio día de su arresto fueron enviados al "hueco", confinamiento en solitario que padecieron durante 17 meses continuos, un castigo ilegal según las propias leyes estadounidenses, que les fue repetido.

Se intentaba así quebrar su espíritu e impedirles preparar la defensa y el contacto con los abogados de oficio, todo un complot para violar las propias leyes procesales de Estados Unidos.

Al propio tiempo, en Miami se imponía una implacable y masiva campaña de prensa que les condenaba de inmediato y viciaba cualquier posibilidad de justicia en esa ciudad, sede finalmente del juicio.

Más que a los Cinco, la contrarrevolución y el gobierno de Estados Unidos pretendía sentar en el banquillo a la revolución cubana. Pero Gerardo, René, Antonio, Fernando y Ramón derrocharon hidalguía y denunciaron la complicidad de Washington con el terrorismo.

Luego llegaron las condenas y después el manto de silencio para intentar hacer olvidar al mundo la injusticia.

Vendría después el funesto 11 de septiembre de 2001 y la contradicción de que en cárceles norteamericanas había Cinco luchadores cubanos antiterroristas, mientras los ejecutores de los atentados a las torres gemelas gozaban de impunidad.

La mayoría del público norteamericano desconoce que mientras el FBI de Miami, bajo la dirección de Héctor Pesquera, se ensañaba contra los Cinco, en sus propias narices se entrenaban varios de los ejecutores de los atentados contra Nueva York y el Pentágono.

Ya para entonces el Buró había desdeñado informes sobre células de Al Qaeda en Florida y los entrenamientos para el pilotaje de aviones, utilizados aquel 11 de septiembre como bombas volantes.

Pesquera mantenía una estrecha vinculación con organizaciones contrarrevolucionarias anticubanas, que hacen del terrorismo su "modus operandi".

Esas agrupaciones, como Alpha 66, Comandos L, Comandos F-4 y otras, han cometido, incluso cerca de 60 atentados y actos criminales en la propia ciudad de Nueva York.

Otro 11 de septiembre, de 1980, el diplomático cubano Félix García era ametrallado en esa ciudad por sicarios de Omega-7, cuyo líder identificó a Pedro Remón como el que apretó el gatillo.

Remón también asesinó al cubano-americano Eulalio José Negrín, a quien ultimó en la vecina Nueva Jersey en presencia del pequeño hijo de la víctima.

No es casual entonces encontrar a este matón en Panamá junto al terrorista Luis Posada Carriles, cuando intentaban aniquilar al presidente Fidel Castro en ocasión de la X Cumbre Iberoamericana.

Entonces pretendían detonar una poderosa carga del explosivo plástico C-4, que tanto usaron antes contra misiones diplomáticas cubanas, oficinas aéreas internacionales y el avión de Cubana abatido sobre aguas de Barbados, entre otros blancos.

Pedro Remón y otros de su calaña han gozado de impunidad y el contubernio de autoridades estadounidenses para sus actividades contra Cuba fuera y dentro de Estados Unidos.

El asesinato en Washington del ex canciller chileno Orlando Letelier, y de su secretaria norteamericana, también señalaba a la mafia de Miami, esta vez en contubernio con la DINA pinochetista.

Pero la jueza que tuvo a su cargo el juicio contra los Cinco desestimó sus alegatos y las pruebas de la defensa respecto a la necesidad de Cuba de prevenir tales actos terroristas, y su ocurrencia desde territorio de Estados Unidos.

Pero casi siete años después de su encarcelamiento, el circuito once de la Corte de Apelaciones de Atlanta dictaminó que ellos carecieron de la posibilidad de tener un juicio justo, imparcial y en una atmósfera no hostil.

Además, la decisión unánime de los tres jueces reconoce el acccionar terrorista de las organizaciones contrarrevolucionarios "que continúan operando en el área de Miami", como reza el documento.

La decisión judicial también admite que las autoridades de Washington recibieron información de La Habana sobre tales actos criminales y que Cuba solicitó más de una vez la adopción de "medidas contra los grupos que operaban desde territorio estadounidense".

A fines de este mes se cumple el plazo adicional solicitado por la fiscalía para responder al fallo de Atlanta.

El gobierno de Estados Unidos luce desconcertado por la contundencia de la decisión de esa instancia, pero apuesta a cualquier maniobra para impedir la liberación de los Cinco, hoy más reclamada que nunca.

Washington sabe que un nuevo juicio, imparcial, sería la oportunidad para denunciar la política de terrorismo de Estado ejecutada durante todos estos años contra Cuba.

Como dijera Gerardo Hernández al conocer la decisión de Atlanta que anuló las sentencias y ordenó un nuevo proceso: "ahora el juego está cero a cero, pero estamos al bate".

1 comentario

Javier -

Hola, estamos por salir con un nuevo directorio de blogs y creemos que una comunidad cubana de blogs sería excelente... Nos podrias ayudar a encontrar otros blogueros de cuba?

Saludos desde el Peru!